El cultivo de granadas en las alturas de Yemen

Curiosidad de Yemen: El cultivo de granadas en las alturas de Yemen

En los majestuosos altiplanos de Yemen, donde las nubes acarician las cumbres, se encuentra una joya agrícola que pocos conocen: el cultivo de granadas. A más de 2000 metros sobre el nivel del mar, los agricultores yemeníes han transformado esta tierra en un paraíso frutal, desafiando las duras condiciones climáticas para hacer florecer estas exquisitas frutas. El aire fresco y el suelo rico en minerales crean un microclima perfecto, permitiendo que las granadas de Yemen desarrollen un sabor único, inigualable en otros lugares del mundo. Con sus granos rubíes y deliciosamente jugosos, estas granadas no solo son un deleite visual, sino también un testimonio de la dedicación y la sabiduría ancestral de quienes las cultivan. Prepárate para descubrir cómo esta práctica centenaria moldea la vida en un rincón inesperado del oriente medio, donde cada cosecha es celebrada como un verdadero milagro de la naturaleza.


El cultivo de granadas en las alturas de Yemen

En Yemen, un país conocido por sus montañas y su variada topografía, el cultivo de granadas en las zonas altas se ha convertido en una tradición agrícola fascinante y única. Las regiones montañosas de Yemen, especialmente en áreas como Haraz y Jabal Bura, ofrecen condiciones climáticas óptimas y suelos fértiles que son ideales para el cultivo de esta fruta.

La granada en Yemen no es solo una fruta, es un símbolo cultural. Las granadas se mencionan frecuentemente en la poesía yemení y en las celebraciones tradicionales. Durante las fiestas religiosas y las bodas, las granadas se utilizan tanto en la cocina como en la decoración, representando la fertilidad y la prosperidad.

La altura a la que se cultivan las granadas tiene un impacto directo en su sabor y calidad. Las altitudes elevadas, que oscilan entre los 1500 y 2500 metros sobre el nivel del mar, proporcionan temperaturas más frescas y un aire más puro. Esto no solo mejora la calidad de las granadas, haciéndolas más jugosas y dulces, sino que también reduce la necesidad de pesticidas, promoviendo un cultivo más orgánico y sostenible.

Además, las técnicas de cultivo en terrazas, un método ancestral que ha sido transmitido de generación en generación, permiten aprovechar al máximo el terreno montañoso. Este método no solo previene la erosión del suelo, sino que también ayuda a retener el agua, un recurso valioso en una región con escasez de lluvias.

Por otro lado, la economía local en las regiones montañosas depende en gran medida del cultivo de granadas. Muchas familias subsisten gracias a la venta de esta fruta en los mercados locales y en el comercio exterior, particularmente hacia países del Golfo y Europa.

En resumen, el cultivo de granadas en las alturas de Yemen no solo produce una fruta de excepcional calidad, sino que también es una práctica que enriquece la cultura y la economía del país.


				
	
	

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