La ruta del vino en Tarija: Viñedos en altura

Curiosidad de Bolivia: La ruta del vino en Tarija: Viñedos en altura

En el corazón sudamericano, rodeado por la majestuosidad de picos andinos se despliega un sorprendente valle tarijeño, donde la artesanía vitivinícola alcanza nuevas alturas, literalmente. Los viñedos en altura de Tarija no solo rompen récords a nivel mundial por su locación elevada, sino que también ofrecen un perfil de sabor único en cada botella. A más de 1,800 metros sobre el nivel del mar, las uvas se benefician de un sol intenso y una amplitud térmica considerable, que marcan profundamente las características de los vinos bolivianos. Este entorno no solo desafía las técnicas de cultivo, sino que insufla en cada cosecha un espíritu de resiliencia y exclusividad. De este modo, la Ruta del Vino en Tarija se convierte no solo en un trayecto para degustar vinos, sino en una verdadera exploración de terroirs admirables y tradiciones locales apasionantes. Descubrirás que cada sorbo narrará la historia de una tierra rica, de su gente y de la pasión que brota como savia vital en esta joya enológica boliviana.


Viñedos en Altura: La Ingenuidad de Tarija y el Vino Boliviano

La región de Tarija, situada en los valles sudoccidentales de Bolivia, se destaca por albergar viñedos a una altura inusual, con plantaciones que oscilan entre los 1.800 y 2.200 metros sobre el nivel del mar. Esta característica confiere a los vinos de Tarija un carácter único y distintivo. La altitud, junto con un clima templado y suelos arenosos, proporciona una amplitud térmica ideal que ayuda a conservar la acidez natural de las uvas, resultando en vinos equilibrados y aromáticos.

En esta región, el cultivo del vino no solo es una actividad económica, sino también un profundo elemento cultural. La fiesta de la Vendimia Chapaca, por ejemplo, celebra cada año la cosecha de uvas, conjugando rituales, música, danzas y gastronomía local, y refleja la rica herencia y el orgullo de los tarijeños por su producción vinícola.

Los vinos de Tarija no solo enriquecen el panorama gastronómico de Bolivia, sino que también fortalecen la identidad cultural de una región cuya historia y desarrollo están profundamente enraizados en la vitivinicultura. Esta singular combinación de geografía, clima y cultura ha posicionado a Tarija como un destacado destino enoturístico, atrayendo a aficionados del vino de todo el mundo deseosos de explorar esta ruta elevada del vino.


				
	
	

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