Las torres del silencio: Ritos zoroástricos

Curiosidad de Irán: Las torres del silencio: Ritos zoroástricos

Desde el corazón ancestral de Irán emergen las Torres del Silencio, escenarios sagrados donde el cielo se encuentra con el rito final de los seguidores del zoroastrismo. Estructuras circulares, elevadas sobre la tierra y abiertas al firmamento, estas torres atestiguan una práctica fascinante donde los cuerpos de los difuntos son expuestos a los buitres. Esta ceremonia, cargada de respeto hacia los elementos naturales, evita contaminar la tierra o el fuego, elementos sagrados en esta antigua religión. En el ritual que corta el aliento, los carroñeros desempeñan un papel vital al liberar el espíritu del cuerpo mortal. Este uso extraordinario del espacio y las aves para sanctificar el ciclo de vida confiere una perspectiva única sobre la muerte y el más allá. Explora este enlace espiritual entre el hombre y la naturaleza, que ha dado forma a las prácticas funerarias de una de las religiones más antiguas del mundo, tan enigmática como intrigante.


Las Torres del Silencio: Ritos Fúnebres del Zoroastrismo en Irán

En las áridas y elevadas alturas de Irán, se erigen en el horizonte estructuras ancestrales conocidas como las Torres del Silencio. Estas venerables construcciones son testigo de una de las prácticas funerarias más singulares del mundo, arraigadas en las creencias del Zoroastrismo, una de las religiones más antiguas del planeta, precedente incluso al cristianismo y el islam. Las torres, conocidas localmente como Dakhma, no solo simbolizan un lugar de despedida al mundo terrenal, sino que además reflejan una cosmovisión profundamente respetuosa con los elementos naturales.

La práctica de exposición de los muertos realizada en estas torres es radicalmente distinta a los entierros o cremaciones. Según el Zoroastrismo, el cuerpo humano se contamina tras la muerte y, por ende, no debe entrar en contacto con la tierra o el fuego, considerados elementos sagrados. En las torres del silencio, los cuerpos son depositados sobre plataformas circulares descubiertas, expuestos al sol y devorados por aves rapaces. Esta tradición, conocida como ritual de excarnación, simboliza el retorno del cuerpo a la naturaleza de una manera que purifica y evita contaminar los elementos sagrados.

Este ritual, aunque pueda parecer macabro para los foráneos, enmarca una profunda reverencia por la preservación del medio ambiente y el ciclo de la vida, pilares centrales del Zoroastrismo. Las torres se ubican generalmente en lugares retirados y elevados, reforzando la idea del ascenso espiritual y la disolución del ego ante la inmensidad de la naturaleza.

Igualmente, los rituales llevados a cabo en las Torres del Silencio encarnan la ética de equidad y unidad con el cosmos que el profeta Zaratustra predicó hace miles de años. A medida que Irán moderniza y las poblaciones zoroástricas disminuyen, estas antiguas prácticas están en declive, pero aún así, las torres perduran como un fuerte recordatorio de un legado espiritual y cultural que sigue influenciando a la comunidad tanto local como globalmente.


				
	
	

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