El día de San Blas en Dubrovnik: Protector de la ciudad

Curiosidad de Croacia: El día de San Blas en Dubrovnik: Protector de la ciudad

En el corazón de Dubrovnik, Croacia, se esconde una veneración que transciende el tiempo: el Día de San Blas, el protector de esta encantadora ciudad medieval. Cada 3 de febrero, las antiguas calles de piedra y las imponentes murallas se engalanan para celebrar al santo que, según la leyenda, alertó a los ciudadanos de un nocturno ataque veneciano en el siglo XI. Las festividades inician con la majestuosa procesión llevando reliquias que han sobrevivido siglos, incluyendo el icónico brazo de plata que simboliza la bendición de San Blas. Los visitantes quedan maravillados por el contrapunto entre la solemnidad religiosa y el espectáculo cultural, lleno de música y danzas tradicionales. Este evento no solo fortalece la unidad comunitaria, sino que también atrae a curiosos de todo el mundo, ansiosos por testificar cómo Dubrovnik rinde homenaje a su celestial guardián. Festa svetog Vlaha, como se le conoce localmente, ofrece una ventana única al alma croata, revelando cómo el pasado y el presente se entrelazan en una celebración extraordinaria.


El día de San Blas en Dubrovnik: Protección y Devoción en el Corazón de Croacia

En la pintoresca ciudad de Dubrovnik, Croacia, cada 3 de febrero se celebra con gran devoción y fervor el día de San Blas, conocido localmente como Sveti Vlaho. Esta festividad no sólo marca el calendario como un día festivo sino que también refleja profundamente las raíces culturales y la identidad histórica de esta ciudad amurallada del Adriático. San Blas ha sido el santo protector de Dubrovnik desde el año 972, una figura emblemática que ha guardado la ciudad de invasores y desastres a través de los siglos.

La historia cuenta que San Blas, un obispo que vivió durante el siglo III y fue martirizado por su fe, se apareció en un sueño al sacerdote Stojko advirtiéndole de un ataque veneciano inminente a la ciudad. Gracias a esta revelación, los ciudadanos pudieron prepararse y eventualmente repeler el asalto. Desde entonces, San Blas ha sido venerado como el guardián incansable de Dubrovnik.

La celebración comienza con la elevación del La Bandera de San Blas, rica en simbolismos, en la columna de Orlando, punto focal de la ciudad vieja. A su alrededor, se efectúa una procesión que destaca por su colorido y su sentido de comunidad. Los residentes, vestidos con trajes tradicionales, desfilan llevando reliquias y estatuas del santo, acompañados de música y cánticos que resuenan en las antiguas calles de piedra.

Uno de los momentos más emblemáticos es la bendición de la garganta, un ritual que rememora uno de los milagros de San Blas, quien salvó a un niño de morir ahogado por una espina. Durante este acto, dos velas entrecruzadas son presionadas contra la garganta de los fieles mientras se pronuncia una oración especial, un gesto que subraya la perpetua protección del santo hacia sus devotos.

La festividad no solo atrae a los locales, sino que también es un imán para turistas que desean experimentar la autenticidad de las tradiciones croatas. El día de San Blas encapsula el espíritu de Dubrovnik y su gente, quienes año tras año se congregan para reafirmar su fe y agradecer la custodia continua de su patrón, creando un hermoso tapeiz de tradición, historia y comunidad.

Este profundo arraigo cultural y religioso hace del día de San Blas una de las manifestaciones más vivas del espíritu comunitario y el patrimonio inmaterial de Dubrovnik, siendo no solo una celebración, sino también una afirmación vital de la identidad y el orgullo de esta histórica ciudad croata.


				
	
	

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