El rito del café: Ceremonia cultural

Entre las verdes mesetas y valles de Etiopía, emerge una tradición que es tanto un arte como una forma de conexión social: el jebena buna, o la ceremonia del café. Este ritual, que trasciende la simple preparación de una bebida, convierte el acto de tomar café en una experiencia cultural profunda y compartida. La ceremonia empieza con la selección y lavado de los granos, seguido por un meticuloso tostado que despierta el aroma embriagador del café fresco. Alrededor del fuego, la conversación fluye tan libremente como el café en las tazas de quienes participan. Además, la presencia de hierbas como la ruda en el proceso añade un toque de sabor y misticismo, dado que se cree que posee propiedades protectoras y purificadoras. Este acto, que puede durar varias horas, no es solo sobre disfrutar de una taza de café, es un momento de comunión y reflexión, vital para entender la hospitalidad y la rica trama social de este país.
El rito del café en Etiopía: una herencia cultural viva
La ceremonia del café, conocida localmente como buna tetu, es mucho más que una simple bebida para los etíopes, es un profundo acto cultural que encapsula hospitalidad, comunidad y tradición. Originaria del suroeste de Etiopía, donde se dice que el café fue descubierto por un pastor llamado Kaldi, esta ceremonia es considerada el corazón social de muchas comunidades y refleja la rica cultura etíope.
Preparación meticulosa y ritualística son palabras claves en esta ceremonia. Comienza con el lavado de los granos de café verde, seguido por un proceso de tostado en un sartén sobre un fuego abierto. La experiencia sensorial se intensifica con el crujido de los granos y el aroma ahumado que se libera durante el tostado. Conforme avanza la ceremonia, el café se muele y se hierve en un jarro especial llamado jebena, que es característico por su cuello delgado y barriga esférica.
El café se sirve en pequeñas tazas llamadas sini. Tradicionalmente, la persona que conduce la ceremonia ofrece tres rondas de café denominadas abol, tona y bereka, cada una con un sabor y significado progresivamente más fuerte y profundo. Se considera una gran falta de respeto declinar estas ofertas, ya que cada ronda fortalece lazos y refuerza la unidad entre los participantes.
Durante la ceremonia del café, es común que los asistentes compartan noticias, cuentos y discutan sobre la vida, haciendo de esta práctica un momento único de comunión y comunicación. A menudo se acompaña con injera, pan etíope, o bocadillos locales como nueces y palomitas de maíz.
La ubicuidad y reverencia del rito del café en la vida etíope resalta la importancia del tiempo dedicado a la comunidad y familia, haciéndolo un pilar ineludible en la construcción de la identidad cultural de Etiopía. La tradicionalmente alargada y participativa ceremonia del café representa, en esencia, una celebración diaria del espíritu compartido y la rica historia del país.
También te puede interesar...