La producción de queso en las montañas montenegrinas

Enclavadas entre majestuosos picos y vastos valles verdes, las montañas montenegrinas son el escenario de una tradición culinaria que merece ser descubierta: la producción de queso. Este arte ancestral, pasado de generación en generación, no es solo un proceso alimenticio, sino un pilar de la identidad local. Varias familias en la región se dedican a la elaboración de estos quesos, utilizando técnicas que han resistido el paso del tiempo y que incorporan un sinfín de sabores únicos gracias a la diversidad de flora de la montaña. Algunos de estos quesos son curados en barricas de madera, donde adquieren una textura y un gusto que no encuentras en ningún otro lugar del mundo. A través de este artículo, te invitaremos a sumergirte en el corazón del Balkan para explorar cómo la geografía de Montenegro contribuye de manera especial a los métodos de producción quesera y cómo estos productos lácteos han llegado a ser emblema de la gastronomía local. Prepárate para un viaje que deleitará tus sentidos y ampliará tus conocimientos culturales.
La Tradición del Queso en las Montañas Montenegrinas
En Montenegro, la producción de queso en las alturas montañosas constituye no solo una práctica culinaria, sino también una profunda expresión de la cultura y la tradición del país. Esta técnica milenaria se desarrolla principalmente en Montañas como Durmitor y Bjelasica, donde los pastores locales, conocidos como katuns, practican métodos heredados de generación en generación para producir quesos que son verdaderos testimonios de la vida montañesa.
El elemento más distintivo de la producción de queso montenegrino es el uso de leche cruda de ovejas y cabras que pastan en ricas y variadas hierbas alpinas, lo que confiere un sabor y textura únicos al queso. La técnica de producción es artesanal, donde el queso se cura en condiciones naturales, a menudo en chozas de madera o cuevas, lo que permite que madure de manera óptima.
Este tipo de queso, entre ellos el Njeguki sir, se ha convertido no solo en un alimento básico en la dieta de los montenegrinos, sino también en un poderoso símbolo de su identidad cultural y orgullo regional. La temporada de producción comienza en primavera y culmina en otoño, cuando las comunidades locales organizan festivales de queso, siendo estos eventos fundamentales para el turismo y la economía local.
Los métodos tradicionales empleados y el ambiente en el que el queso se produce son cruciales para entender la integridad cultural y la autenticidad que Montenegro valora profundamente. Así, el queso no es solo un producto alimenticio, sino un legado cultural que preserva y propaga la historia y tradiciones montenegrinas a través de cada generación.
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