El bungee jumping y su origen en Nueva Zelanda

Curiosidad de Nueva Zelanda: El bungee jumping y su origen en Nueva Zelanda

Desde las montañas majestuosas hasta las profundidades insondables de sus valles, Nueva Zelanda es el escenario de una actividad que desafía la gravedad: el bungee jumping. Este emocionante deporte encontró su inspiración en los antiguos rituales de iniciación de Vanuatu, pero fue en el país kiwi donde encontró su forma moderna y extrema. Con el primer salto comercial del mundo, realizado desde el icónico puente Kawarau Bridge en 1988, este país se convirtió en sinónimo de adrenalina pura. Los valientes desafían sus límites al lanzarse al vacío, solo sostenidos por una cuerda elástica, mientras los espectaculares paisajes de Nueva Zelanda enmarcan su caída. Aquellos interesados en la historia y evolución del bungee pueden explorar cómo este acto audaz no solo se convirtió en un deporte extremo, sino en una atractiva atracción turística. Con cada salto, se cuenta una historia de valentía, innovación y el eterno encanto del riesgo controlado.


El Bungee Jumping y su Origen en Nueva Zelanda

El bungee jumping, una actividad que combina adrenalina y naturaleza, tiene su cuna moderna en Nueva Zelanda, convirtiéndose en un ícono de la audacia y la innovación del país. Aunque el acto de saltar desde alturas usando medios elásticos tiene reminiscencias en antiguas tradiciones de Vanuatu, donde los jóvenes saltaban desde torres de madera con lianas atadas a los tobillos como rito de paso, fue en Nueva Zelanda donde esta práctica se transformó y popularizó con tecnología moderna.

En 1988, A.J. Hackett realizó su famoso salto desde el Puente Kawarau en Queenstown, inaugurando no solo un sitio icónico para el salto de puentes sino también una nueva era para el aventurero moderno. Este evento no solo atrajo atención global sino que también implantó el bungee como parte de la cultura de aventura neozelandesa.

La práctica del bungee destaca no solo por el espíritu de libertad y valentía que representa, sino también como una atracción turística que fomenta un significativo ingreso económico para la región. Queenstown, ahora conocida como la "capital mundial de la aventura", ofrece diversos puntos de salto, cada uno ofreciendo vistas asombrosas y experiencias únicas en contacto con la vasta naturaleza del país.

Además, esta actividad ha influenciado profundamente la percepción global de Nueva Zelanda como un destino para quienes buscan experiencias extremas, consolidando su identidad nacional no solo en deportes extremos sino también en la hospitalidad, la innovación y la seguridad en actividades de riesgo controlado.


				
	
	

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