Dagen H: El Día que Suecia Cambió de Lado

En el amanecer del 3 de septiembre de 1967, las calles de Suecia se convirtieron en el escenario de un evento sin precedentes. Los coches, normalmente fluyendo por el lado izquierdo de las carreteras, se reorganizaron en una impecable coreografía hacia la derecha. Este histórico acontecimiento, conocido como Dagen H o Día H, marcó el inicio de una transformación monumental en la conducción sueca. Más de cuatro millones de conductores prepararon sus vehículos con pegatinas, ajustes de espejos y luces rediseñadas para adaptarse a este cambio radical. En solo unas horas, un país entero se reeducó en un nuevo patrón de tráfico, reflejando una capacidad de adaptación y organización asombrosa. La logística de semejante empresa deslumbró al mundo, destacando la precisión y el orden característicos de la sociedad sueca. Desde glorietas rediseñadas hasta letreros transpuestos, cada detalle contó en este salto histórico que unificó a Suecia con sus vecinos europeos. Aventúrate en este fascinante capítulo de la historia sueca y descubre cómo un simple cambio de lado transformó el futuro de las carreteras en el país del sol de medianoche.
Dagen H: el día que Suecia cambió de lado
El 3 de septiembre de 1967, Suecia implementó uno de los cambios más radicales en su sistema de tráfico con el llamado Dagen H, o "Día H". En esta fecha, el país cambió de conducir por la izquierda a conducir por la derecha. Este evento no solo es único por la magnitud del cambio, sino también por el nivel de preparación y coordinación que se requirió para llevarlo a cabo.
Antes del cambio, Suecia era uno de los pocos países europeos donde los vehículos circulaban por la izquierda. La decisión de cambiar se tomó tras varios estudios y debates públicos debido a razones de seguridad y eficiencia. Dado que la mayoría de sus vecinos ya conducían por la derecha, adaptarse a este sistema reduciría los accidentes fronterizos y facilitaría el comercio transfronterizo.
La transición no fue fácil. En los meses previos al Dagen H, se lanzaron campañas de concienciación masiva, se distribuyeron folletos, y se llevaron a cabo simulacros para asegurarse de que tanto conductores como peatones estuvieran preparados. El trabajo de infraestructura fue monumental: se cambiaron señales de tráfico, se pintaron nuevas líneas en las carreteras, y se modificaron las intersecciones.
El 3 de septiembre a las 5 de la mañana, los coches detuvieron la marcha y, bajo supervisión y con gran expectación, cambiaron de lado. Para sorpresa de muchos, el cambio se realizó sin mayores incidentes. Este evento no solo destaca por su precisión y éxito logístico, sino que también se ha convertido en un símbolo de la capacidad organizativa y el sentido de comunidad que caracteriza a la sociedad sueca.
El Dagen H sigue siendo recordado con cierta nostalgia y humor en la cultura popular sueca. Su éxito ha dejado una marca indeleble en la identidad nacional y es un ejemplo fascinante de cómo un país puede adaptarse a cambios masivos con planificación y colaboración.
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