Las Antiguas Costumbres de Appenzell

Curiosidad de Suiza: Las Antiguas Costumbres de Appenzell

En el rincón montañoso de Suiza, donde los Alpes dibujan paisajes de ensueño, se esconde un tesoro cultural que lleva siglos cautivando a locales y visitantes por igual. Las antiguas costumbres de Appenzell despliegan una diversidad de tradiciones tan coloridas como sus verdes praderas. Aquí, el canto del yodel no solo es una melodía, es una convocatoria al pasado, un eco de generaciones que han celebrado la vida en comunión con la naturaleza. Hombres y mujeres ataviados en trajes tradicionales de vivos colores, como si del arcoíris se tratase después de una tormenta alpina, participan en festividades que parecen sacadas de un cuento. La procesión del Corpus Christi, adornada con estandartes y cruces doradas, transforma las calles en un teatro viviente, donde cada paso está cargado de devoción y orgullo ancestral. Prepárate para descubrir un mundo donde el tiempo parece detenerse, permitiéndote ser testigo de una magia que solo Appenzell sabe conjurar. ¿Estás listo para explorar esta joya cultural única? Sin duda, te encantará.


Las antiguas costumbres de Appenzell en Suiza

Appenzell, una pequeña región situada en el noreste de Suiza, es conocida por sus arraigadas y coloridas tradiciones culturales que se han mantenido vivas a lo largo de los siglos. A diferencia de otras regiones suizas que han adoptado un enfoque más moderno y cosmopolita, Appenzell destaca por su renuencia a abandonar sus costumbres tradicionales y su fuerte sentido de comunidad.

Una de las tradiciones más emblemáticas es el Lándsgemeinde, una forma de democracia directa que tiene lugar cada año, el último domingo de abril. Durante esta asamblea al aire libre en la plaza central, los ciudadanos levantan la mano para votar sobre diversos asuntos, desde nuevas leyes hasta la elección de funcionarios locales. Esta práctica, que se remonta a la Edad Media, resalta el compromiso de Appenzell con la participación ciudadana y la cohesión comunitaria.

El Alpaufzug es otra costumbre esencial, que marca la transhumancia del ganado hacia los pastos alpinos durante el verano. Los agricultores, vestidos con trajes tradicionales, acompañados de sus familias y rebaños decorados con flores y campanas, suben a las montañas en una procesión tan colorida como simbólica. Este evento no solo celebra el ciclo agrícola, sino también la conexión profunda de la región con la naturaleza y sus ritmos estacionales.

Finalmente, cabe mencionar el Silvesterchlausen, una peculiar celebración del Año Nuevo que se lleva a cabo el 31 de diciembre y de nuevo el 13 de enero, según el calendario juliano. Los habitantes se visten con elaborados disfraces y van de casa en casa cantando y deseando buena fortuna, en un ritual que combina elementos paganos y cristianos.

Estas costumbres arraigadas en Appenzell no solo preservan la herencia cultural de la región, sino que también aportan un sentido de identidad y continuidad que influye profundamente en la forma en que los appenzellenses ven el mundo y se relacionan entre sí. En un país tan diverso como Suiza, Appenzell sirve como un recordatorio viviente de la riqueza de las tradiciones locales y de la importancia de mantenerlas vivas.


				
	
	

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